París abre las puertas a la moda urbana
- lozamaria512
- 14 sept 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 28 sept 2018
Con un toque casual y transgresor, la ciudad luz se sacude de lo formal y de la etiqueta de cóctel. Hoy se busca una moda real, reemplazando la pasarela por la sobriedad y el minimalismo.
Patrones que perfilan la silueta, tejidos que abrigan y prendas modernas, urbanas y vanguardistas son algunas de las tendencias que se han visto en la semana de la moda de la ciudad del Sena, en la que también ha estado presente la moda latinoamericana.
Un supermercado instalado bajo la cúpula del Grand Palais fue el escenario en el que Karl Lagerfeld presentó su colección prêt-à-porter para el próximo otoño-invierno. Entre naranjas, latas de conserva y salmones ahumados, comenzó el recital de prendas muy pegadas a la calle, con un punto muy casual, aunque sin perder la esencia refinada de la firma, ese "chic", que tan bien abanderó Coco Chanel. El chándal, las mallas y las zapatillas deportivas orquestaron el desfile. Los pantalones cortos de cuero se superpusieron a unos largos holgados y con vuelta, en un modelo que marcó la cintura con un corsé, como también hicieron varios vestidos o un mono.
Como si de verdad estuviera haciendo la compra, las modelos llevaron cestas metálicas decoradas por Chanel, en las que habían metido sus bolsos. "Muy cómodas, funcionales y, al mismo tiempo, bonitas", con estas palabras describió Nicolas Ghesquière la obra con la que empuja a Louis Vuitton hacia un nuevo periodo de su historia, con la mirada puesta en "lo que la gente lleva hoy en día".

En el patio del Museo del Louvre, las modelos desfilaron sin estridencias, con prendas de brisas "sesenteras" y mucho cuero. Parece que la pasarela tiende a la sobriedad, en sintonía con los tiempos que corren. Este modisto, temporada tras temporada, ha demostrado que es un especialista en los cortes seguros y en los volúmenes estructurados, lo que en la colección otoño-invierno de Vuitton se traduce en faldas en trapecio y hombros esculturales, que dibujan una silueta de reloj de arena, con la cintura ajustada. Ghesquière ha mezclado texturas y brillos, colores lisos con estampados de flores, en una colección de tonos tierra, exclamaciones rojizas, incursiones azules y continuidad en negro.
Para Yves Saint Lauren, Hedi Slimane desarrolló los clásicos abrigos de tejidos ingleses, como ya hizo en enero con la línea masculina, y los incorporó a referencias como el rock, los sesenta o el lejano oeste, donde vive. Subió a la pasarela vestidos muy cortos y minifaldas en trapecio que descubren unas piernas tupidas con medias negras y botas de caña alta.
El libanés Elie Saab, maestro del encaje, la pedrería y las alfombras rojas, ha desarrollado en su prêt-à-porter para el próximo otoño-invierno una serie de vestidos, más rebeldes que en ocasiones anteriores, que iban del negro a los tonos rosas. El terciopelo se integró en el otoño-invierno de Saab, confeccionando modelos enteros o haciendo apariciones estelares sobre materiales fluidos.
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